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Se divorció de su marido… ¡por culpa de una perra!

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Después de pensarlo por un tiempo y tras platicarlo un par de veces con él, Dorothy Mulligan decidió pedir el divorcio a su esposo Lorenz…. ¿El motivo? “El muy estúpido, quiere más a su perra que a

Después de pensarlo por un tiempo y tras platicarlo un par de veces con él, Dorothy Mulligan decidió pedir el divorcio a su esposo Lorenz…. ¿El motivo? “El muy estúpido, quiere más a su perra que a mi”, dice molesta la señora. Debido a los fuertes gastos que ocasionaba el mantenimiento de “Lessy” la mascota en referencia y a que su esposo prefería darle todas las atenciones y hasta pasear con ésta, en lugar de con su esposa, la señora pensó que a pesar de los 37 años de matrimonio, el divorcio era mejor que tener que compartir a su esposo con una vieja perra.

Y contra lo esperado, la petición de divorcio ni siquiera inmutó a Lorenz Mulligan, un extravagante granjero del sur de Michigan, quien sin reparos lo aceptó con tal de no descuidar la atención de su gran amor: ¡su perra! “Pienso que hice lo correcto”, dice Dorothy, visiblemente molesta. “Además, mi orgullo nunca podrá olvidar que Lorenz puso más atención y cuidados en el parto de la perra que cuando nacieron nuestros propios hijos. En una ocasión ni siquiera fue al sanatorio y pasó la noche emborrachándose”.

Y agrega: “El maldito animal ha vivido tanto, que ya no recuerdo cuándo fue la última vez que Lorenz y yo salimos a pasear juntos. Hace ya unos siete u ocho años que no cenamos fuera, ni mucho menos bailamos y ya no se diga de relaciones íntimas. Siempre debo esperar a que la deje tranquila en su perrera, y aun así llega a la cama despidiendo los olores del canijo animal y con pelos sueltos en la ropa”.

Mientras tanto, Stephen, el menor de los dos hijos, comenta: “Por supuesto que estoy a favor de mamá. Es odioso ver cómo esa maldita perra no acepta comer si mi padre no la acaricia mientras lo hace. Además, si mi papá no le dice “Buenas Noches”, puede ladrar hasta el amanecer. “Pobre de mi madre, apenas terminaba de asear cuando ya la perra hacía su ‘gracia’ sobre el piso de la cocina, con tal que mi padre tuviera un motivo de queja”.

GASTA DEMASIADO EN ELLA

Pese a todo lo anterior, Lorenz Mulligan, el amoroso dueño de la consentida perra, afirma que el problema no es el cariño que demuestra hacia el animal, sino el dinero que según su esposa, gasta en la mascota. “Mi mujer está loca. Dice que gasto una fortuna en Lessy, pero yo digo que exagera: “Caramba, he criado dos hijos, les he dado carrera; ahora puedo hacer lo que quiera con mi dinero, no?”. Sin embargo, este “hacer lo que quiera” que argumenta Lorenz, se traduce en cuantiosas facturas que ocasiona su mimada mascota. De acuerdo con los presupuestos presentados por el abogado de la señora Mulligan, tan sólo en seguro de vida para la perra, desparasitación, vacunas y cuidados en los diez años de vida que ha durado, Lorenz ha gastado una cifra superior a los 20 mil dólares. Este costo se ve aumentado por las compras mensuales y de temporada. Por ejemplo, la ropa deportiva para perro cuesta 150 dólares; el aparato para que no ladre en la noche, $75.00 dólares, el dispositivo electrónico para ahuyentarle los parásitos del pelambre, $130 dólares; un chaleco de baño perruno, otros $90 dólares, un comedero automático que despacha comida cada cuatro horas, $75 dólares; un collar que lanza destellos fosforescentes especiales para pasear con el animal durante el atardecer, $60 dólares.

Y dada la avanzada edad del can (10 años), la lista continúa con los gastos del internado canino pedagógico, en donde una semana de estancia cuesta $450 dólares. Pero la terapia completa asciende a dos mil dólares, y qué decir del sanatorio y la asistencia médica en el parto de la perra. Fue una fortuna de la que aún deben varios abonos.

¿QUIEN ES MAS ANIMAL?

Recluida en una habitación de hotel mientras finalizan los trámites, la señora Mulligan confiesa: “Estoy confundida. No sé quien es más animal… si la condenada perra Lessy o mi estúpido esposo. De cualquier forma, prefiero vivir sola que convivir con esas dos bestias”, termina diciendo Dorothy. Y Créalo o No, Así Fue como “una perra” ocasionó el divorcio de una pareja con 37 años de casados!!

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