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PROTEJA SU VISTA TODO EL AÑO

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No solo debemos proteger nuestros ojos en verano, cuando los rayos solares inciden con mayor intensidad y estamos expuestos durante más tiempo a sus efectos, sino que también necesitamos cuidarlos en épocas más frías, cuando otros factores ambientales pueden lesionar nuestra vista.

El verano es la época en que más nos exponemos a la radiación ultravioleta (UV), la cual puede dañar los ojos, pudiendo acelerar la progresión de cataratas o lesiones en la conjuntiva ocular o producir quemaduras en la córnea o en la retina (sobre todo por mirar directamente al sol), explican desde Quirón Salud.

Las lesiones pigmentadas y los tumores, además de afectar la piel del párpado, que es muy fina y sensible, también pueden aparecer en los ojos, relacionándose estrechamente con la exposición solar, de acuerdo a este grupo hospitalario (www.quironsalud.es).

Para proteger los ojos de la radiación UV en verano Quirón Salud recomienda no mirar nunca directamente al sol (incluso llevando gafas de sol), evitar la exposición solar en las horas de mayor radiación (horas centrales del día) y utilizar gafas de sol con filtros homologados que bloqueen la radiación UV por completo.

Esto es importante, ya que las gafas de sol sin un filtro adecuado podrían contribuir a dilatar las pupilas y permitir un mayor paso de radiación UV al “fondo de ojo”, asegura esta misma fuente.

PROTEGER LA VISTA, TAMBIÉN EN LA ÉPOCA FRÍA

“Extremar la protección solar en nuestra visión también es imperativo en invierno”, apunta por su parte Alicia Escuer, directora técnica y de formación de la cadena de centros ópticos Óptica & Audiología Universitaria, O&AU.

Explica que según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la nieve limpia puede reflejar hasta un 80 por ciento de la radiación solar, la cual contiene radiación visible y ultravioleta (UV).

Añade que la radiación UV es la responsable de las quemaduras y el envejecimiento de la piel y es dañina para la vista.

“Los rayos ultravioleta que se reflejan en los lugares con nieve pueden dañar la retina y la córnea, si  no se llevan puestas una gafas o máscaras  con los filtros adecuados”, recalca Escuer.

Por eso “es imprescindible proteger, de la radiación solar, tanto la piel (con cremas con Factor de Protección Solar o FPS), como los ojos, con gafas de sol homologadas. Así estaremos protegidos de las radiaciones ultravioletas nocivas”, asegura Escuer. 

Señala que en invierno disminuye la humedad en interiores y aumenta el riesgo de padecer el ‘ojo seco’, cuando las lágrimas no pueden lubricar los ojos de modo adecuado.

Si en invierno “nuestros ojos quedan expuestos a un exceso de radiación ultravioleta, podemos sufrir queratitis, una inflamación de la córnea, que es la primera barrera que evita que los rayos UV penetren hacia el cristalino o la retina”, afirma Alicia Escuer.

Las gafas de sol y máscaras de nieve, que permiten practicar deporte en entornos nevados sin que sufra la salud visual, no solo son necesarias para los esquiadores sino también para los ciclistas, golfistas, corredores o quienes pasean al aire libre, pero hay que saber elegirlas adecuadamente, según esta experta.

LA MEJOR ELECCIÓN, LA PROTECCIÓN IDEAL

Como primera condición, “unas gafas de sol o máscaras de nieve deben garantizar la protección ultravioleta, por lo que es aconsejable adquirirlas en ópticas o centros especializados, donde acrediten que las lentes tengan los filtros necesarios para proteger nuestros ojos”, señala Escuer.

Cada deporte o situación de luminosidad necesita un filtro específico, para que los ojos del usuario puedan enfocar aquello que le interesa, mejorando el contraste y evitando el deslumbramiento, puntualiza.

Añade que es importante “adquirir gafas o máscaras con filtros especiales para alta montaña, o para deportes de agua o de nieve, en función del deporte que preferentemente vayamos a realizar”.

“Al comprar unas gafas de sol, siempre hay que buscarlas con protección del 100 por ciento de los rayos UVA, UVB, UVC y de la luz azul hasta 400nm”, señala Escuer.

“Las lentes de las máscaras deben de tener filtros de protección UV, con una categoría de filtro 4 en condiciones de mucha luminosidad para proteger mejor los ojos y párpados” aconseja. Apunta que la lente de la máscara utilizada en un día soleado debe ser espejada para evitar los reflejos del sol o proyectados desde la nieve, que son muy molestos para la vista.

En invierno, el viento y el frío pueden irritar los ojos por lo que es recomendable protegerlos en general con unas gafas de sol con filtración de luz (categoría de filtro 2) o bien con filtros degradados o polarizados, según Escuer.

“También es importante proteger los párpados con crema solar”, puntualiza .

Pablo Gutman//EFE Reportajes

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