LOADING

Type to search

El Pececito y El Pescador

Share
Comparte

Como todas las mañanas, un pececito salió de paseo por el riachuelo. Cureoseaba por aquí y por allá muy feliz. Iba tan distraído que no se dio cuenta que había sido atrapado en la caña de un pescador

 Como todas las mañanas, un pececito salió de paseo por el riachuelo. Cureoseaba por aquí y por allá muy feliz. Iba tan distraído que no se dio cuenta que había sido atrapado en la caña de un pescador. 

 Al percatarse, trató de liberarse pero todo su esfuerzo fue en vano: el hombre que lo había pescado lo jalaba fuera del agua.

 Apenas lo vio, el pescador pensó: “¡Pero qué chico es! No importa, aún así, me lo comeré…” Y colocó al infortunado pescadito en su cesta.

 Al ver que le sería imposible escaparse, el pescadito dijo al pescador: 

 –¿De qué te serviré yo siendo tan pequeño? No soy gran cosa. Ni siquiera para abrir el apetito sirvo. Por que mejor no me dejas ir y te prometo que cuando haya crecido, volveré y me dejaré pescar nuevamente por ti. Así tendrás más y mejor comida. 

 Por supuesto que el pescador hizo caso omiso de las palabras de éste. Continuaba tratando de atrapar algún otro pez más. Sin embargo, el pececito no se daba por vencido y seguía insistiendo, ya sin aire..:

 –Te juro que si me dejas ir– siguió el pescadito–, volveré. Tú vienes siempre a pescar aquí, vamos hagamos una cita. 

 Cansado de escuchar las lamentaciones del pescadito, el pescador se volteó donde la cesta y dijo en voz alta:  

 –Te crees muy listo, ¿no? Pero yo lo soy más que tú y no te dejaré ir. No importa que seas muy pequeño, aún así te comeré. 

 Es mejor tener en mano un pez chico hoy, que esperar que se haga grande mañana. Lo que ya tengo en la cesta al menos es seguro. Lo que lograré pescar mañana, no lo es!

 … Y tristemente aquel pesecillo terminó sus días, que por descuidado, fue atrapado!

Moraleja:

Procura con los ojos bien abiertos andar o en serios aprietos podrás terminar!

Comparte

Next Up

WordPress Appliance - Powered by TurnKey Linux