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CUANDO LOS HIJOS SON DEMASIADO INDEPENDIENTES

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Tratando de demostrar su independencia, hay niños y pre-adolescente que toman actitudes que a veces resultan hirientes para los padres. Pero en vez de sentirnos mal, lo mejor sería aprender a entenderlos…:

Parece que fue ayer que tu hija querida no se separaba de ti ni un instante, y que lloraba cada vez que te perdía de vista. Pero ahora, ella ni siquiera desea tenerte todo el tiempo a su lado e incluso, trata lo menos posible de encontrarse contigo cuando pasea con sus amigas/os.

De igual manera sucede con el niño aquel que decía que siempre iba a estar a tu lado para cuidarte y que hoy, no tolera que le preguntes a dónde va o le hagas algún comentario sobre su ropa… ¿Qué triste, ¿no? Cierto, pero así es la vida. Algún día nuestros pequeños emprenderán el vuelo.

Pero si bien, que un hijo o hija tenga una actitud independiente no es malo, pero sí es cuando lo hacen inapropiadamente, y es deber de los padres (aunque los chicos no lo quieran), estar allí para guiarlos. Son muchos de esos niños y preadolescentes los que demuestran esa forma de independencia como una forma de decir: ¡¡mamá papá ya soy grande!!

Según la psicóloga infantil Catherine Rondina, esta es una fase muy tradicional por la que pasan los chicos en todo el mundo. “Es difícil creer que aquella niñita que consideraba a mamá la reina del planeta ahora vire sus ojos cada vez que ella le dice algo que no le parece. Sin embargo, esto significa crecer y dar un grito de independencia”, anota Rondina. Ella considera que no siempre es una actitud de los chicos sino más bien de mamá que quiere continuar protegiéndolos y ellos, en cambio, están listos para volar más alto y más rápido, además su mundo está cambiando vertiginosamente. Por eso, aconseja que no se tome sus respuestas y actitudes como desaire y como algo personal incluso cuando su crítica sea dura.

Se debe recordar que para ellos también es una etapa difícil del desarrollo con muchos cambios e inquietudes. Además, empieza la efervescencia de las hormonas y la vida social tiene para ellos nuevas presiones y pesos. Claro que, si las cosas se ponen difíciles y van más allá de lo manejable, mamá siempre tiene la sartén por el mango y podrá hacer que su hija o hijo cambie un comportamiento con sólo darle una mirada dura o, si fuera del caso, una pequeña reprimenda, porque, al fin y al cabo, mamá sigue siendo quien gobierna.

SABERLOS ENTENDER

“Respetar los deseos de los hijos cuando ellos consideran que lo que mamá ha dicho o hecho les avergüenza, es algo en lo que sí deben fijarse los padres. Si su hijo le pide que deje de besarlo cuando le deja en la escuela en la mañana, aunque le duela, hágalo, deje el beso para la noche en casa a la hora de ir a la cama. Ceder un poco aquí o allá está bien, pero no deje que su hijo dicte su comportamiento y le arrincone. Por ejemplo: De ninguna manera le permita que decida qué debe usar o cómo vestirse sólo por el simple hecho de que se avergüenza de su apariencia. Tampoco permita que no le deje a usted escuchar su música cuando van en el carro. Si permite que sus hijos le traten de esa manera perderá autoridad y la relación sufrirá más aún”.

Sugiere que se tenga siempre presente que mamá es quien está a cargo de los hijos y que son su responsabilidad. Pide que jamás se dejen de lado las responsabilidades como padres sólo porque los hijos se sientan avergonzados por las reglas establecidas en el hogar.

“Por ejemplo, si su hija va a ir a una fiesta y usted quiere hablar con los padres de la amiga o amigo que da la fiesta sobre ciertos detalles, su deber como madre es hacer esa llamada. Simplemente explique a su hija que usted quiere estar segura de que todo está en orden porque lo que más le preocupa en la vida es la seguridad de ella y es su deber velar por que se mantenga”, dice Rondina.

RÍA CON SUS HIJOS Y NO DE ELLOS

Si le dicen que usted luce demasiado mayor como para usar su camiseta favorita, ría y diga algo como “pues lógico… esta camiseta es mayor que tú”. Las bromas y risas entre padres e hijos son una buena estrategia… ¡Úselas!

Recuerde que a pesar de los momentos que sus hijos pudieran considerar vergonzosos por su culpa, ellos la necesitan muchísimo y aunque a veces demuestren lo contrario porque creen ser lo suficientemente independientes.

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