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Jaime Escalante: Triunfador de la vida

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La comunidad latina está de luto!… El dolor por la muerte de Jaime Escalante transmonta mares y montañas. Su partida al infinito acongoja su morada en Sacramento y hace palidecer la urbe angelina.

 Más allá del amor a las matemáticas, el profesor también fue un activista comunitario,  y aunque no se le reconoció como psicólogo o sociólogo, sus hazañas en las aulas son muestra que fue un ferviente motivador. 

Por: Dr. Humberto Caspa

 La comunidad latina está de luto!…  El dolor por la muerte de Jaime Escalante transmonta mares y montañas. Su partida al infinito acongoja su morada en Sacramento y hace palidecer la urbe angelina. En Garfield High School, donde brilló y dejó huellas, sus estudiantes lo recuerdan con lágrimas pero con la frente erguida.

 “Murió rodeado de sus niños y nietos”. Con esas palabras describió el actor Edward James Olmos los últimos minutos de vida del profesor Jaime Escalante, el boliviano que hizo historia en EEUU por su método para enseñar Matemáticas.

 James Olmos, que encarnó al profesor Escalante en la inmortal película Stand and Deliver (Con ganas de triunfar) en 1988, estuvo muy cercano a él,  acompañándolo durante los últimos tiempos mientras era atendido de un cáncer terminal de vejiga.

 El docente se convirtió en un referente de la enseñanza de Matemáticas en este país, a través de un sistema que impartió en el centro Garfield, en la deprimida zona del Este de Los Angeles, donde consiguió que estudiantes de origen humilde destacaran por sus conocimientos en la materia.

 Nadie puede negar los dotes de Escalante en las matemáticas y la física.  Su carrera profesional está decorada con múltiples premios académicos. El gobierno de Ronald Reagan lo condecoró con una medalla de honor de excelencia por sus logros en la escuela secundaria donde impartió su materia.  Varias universidades del país, incluyendo la Universidad de Northern Colorado, la Universidad Estatal de Los Angeles, la Universidad de Boston Massachussets, entre otras, le entregaron el título de “Doctor honoris causa”. 

 Sin embargo, más allá del amor a las matemáticas, Escalante también fue un activista comunitario, un conocedor profundo de las problemáticas que aquejan a los grupos sociales asentados en las zonas empobrecidas de Los Angeles.  No se le reconoció como psicólogo o sociólogo, pero sus hazañas en las aulas inspiraban al “invidente” a ver el positivismo de la vida.  Escalante fue un ferviente motivador. 

  Quienes se opusieran al éxito de sus estudiantes fueron tildados como sus enemigos número uno.  Empezando por los dirigentes del sistema educativo, quienes cuestionaron las calificaciones de sus pupilos, hasta los grupos pandilleriles, quienes día a día acosan la vida sana de los jóvenes en el Este de Los Angeles.  A todos ellos se enfrentó y los derrotó.

 Las palabras de Olmos son muy certeras en el momento de ilustrar la capacidad de Escalante.  “Como ningún profesor, Escalante cambió vidas.  Pandilleros se convirtieron en ingenieros de aerodinámica.  Muchachos que pensaron que sus vidas no tenían ningún sentido, de pronto descubrieron que podían ser líderes.  Las ideas negativas fueron destruidas por Escalante para siempre”.

  El “no puedo”, no existía en el léxico del profesor de matemáticas.  Las “ganas” se imponían a todo.  No creía en el susodicho de que las personas nacían con poderes intelectuales extraordinarios (gifted children).  Nada era consecuencia de la divina providencia u obra del espíritu santo. 

 Por el contrario, Escalante sentía que las personas alcanzaban sus metas porque ellos así se proponían.   A sus estudiantes les recordó que, debido a que provenían de comunidades latinas pobres, la sociedad norteamericana estratificada en clases sociales los estigmatizaba por su condición social y por lo mismo, si querían sobresalir, tendrían que entregarse más allá de lo normal.  Es decir, más del 100%.

  Así fue, después de que 18 de sus estudiantes en la escuela de Garfield tomaron un examen de cálculo con créditos universitarios, la agencia escolar que verifica las calificaciones los cuestionó porque la mayoría había cometido los mismos errores en una de las preguntas.  Los obligaron a tomar el examen de nuevo.

 Aunque Escalante se opuso tenazmente al cuestionamiento de las autoridades, instó a sus estudiantes a que dieran el examen de nuevo. Los jóvenes tuvieron que tomar un examen mucho más difícil y en condiciones más precarias.  Empero, todos lo aprobaron y muy pronto sus nombres fueron a parar en el pedestal de una las películas más aclamadas del universo latino:  ‘Stand and Deliver’. 

 Finalmente, el luto sucumbe el aire gélido de la capital boliviana, lugar donde empezó su larga trayectoria de trovador académico, de nombre Jaime y que fue el segundo de cinco hijos de una pareja de profesores, que nació el 31 de diciembre de 1931 en la zona de Sopocachi de La Paz y murió en Sacramento, CA, el 30 de Marzo de 2010. 

  Jaime Escalante se nos fue, pero su espíritu soñador perdurará en las aulas….

Descanse en Paz!

Dr. Humberto Caspa es profesor universitario.

 E-mail: hcletters@yahoo.com.

 

 
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