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Su hijo no quiere trabajar ni estudiar

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 Salir avante de problemas no es sencillo, en especial si no se cuenta con ayuda. Por eso la “Doctora Consejos”, es una sección que espera ser una guía para quienes no encuentran la salida. El caso de hoy es:

Por: Doctora Consejos

Querida Doctora Consejos:
 Mi problema no es tan grave pero me molesta mucho. Tengo un hijo de 22 años que se graduó de la high school (preparatoria) y ya no quiso seguir estudiando. Según él porque no tiene documentos y porque no vale la pena estudiar.

  De eso ya hace casi son cuatro años y tampoco trabaja. Es un buen muchacho, es limpio y muy sano. No anda en malas compañías ni hace drogas, tampoco llega tarde y es respetuoso con todos nosotros, pero no quiere trabajar por la misma razón: que no tiene documentos.

  El nos reprocha a su papá y a mí que lo hayamos traído de chico a este país. Dice que mejor lo hubiéramos dejado allá. Pero ni se quiere regresar a México, ni quiere hacer nada aquí.

  No quiero pelear con él pero tampoco quiero estar viendo que no hace nada. Por favor aconséjeme qué hago.
    —La Mamá Molesta

Querida mamá molesta:
  Lo que tienes qué hacer es marcar un alto. Cuatro años de tolerancia son más que suficientes. Tu hijo tiene que saber que con o sin papeles, la renta se paga y la comida se tiene qué comprar.

  Haz un presupuesto de cuánto cuesta mantenerlo y dale un plazo para que encuentre un modo de pagar sus gastos y ahorrar para independizarse.

  No es ni justo ni sano que él esté sin producir. Dile que en este país se calcula que existen unos 12 millones de personas sin documentos que son altamente productivas. Son personas que trabajan duro para mantener a sus familias que dejaron en su país natal o que formaron aquí. Son personas que no las detiene ningún pretexto para salir adelante día con día.

 Si necesitas apoyo para hablar con tu hijo, puedes pedirle ayuda a un sacerdote o líder comunitario que se una a tu esposo y a ti para hacer un tipo de intervención que le abra los ojos a tu hijo respecto a su posición en la familia, en la sociedad y en el país. A los 22 años, él necesita ponerse las pilas y empezar a dar a otros, parte de lo mucho que ha recibido en sus años de vida. Obviamente tú y tu esposo han hecho un buen trabajo y éste es el empujón final para que él despegue sus alas y vuele por sí mismo….
Buena suerte!

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