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Mujeres e infidelidad… Ellas también sucumben

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Ante la sociedad es el hombre quien tiende a ser más infiel, pero ojo que esta teoría pueda que sea errónea. A raíz del movimiento de liberación femenina no es de extrañar que ellas también se…

 Ante la sociedad es el hombre quien tiende a ser más infiel, pero ojo que esta teoría pueda que sea errónea. A raíz del movimiento de liberación femenina no es de extrañar que ellas también se dejen seducir y sucumban ante la infidelidad.

 Muchas son infieles por naturaleza, la monogamia no nació con ellas. Instintivamente y sin quererlo  siempre están de cacería. Y tienen ese ‘don’ de no dejarse atrapar ‘con las manos en la masa’. Ellas saben guardar ese gusto por lo prohibido incluso mucho mejor que los hombres.

La tendencia femenina a la hora de ser infieles

*- La razón …

 Para ser infiel se necesita al menos una buena razón, el gusto por lo prohibido, monotonía de una relación, falta de satisfacción sexual o emocional, unos tragos de más, y hasta la misma adrenalina de mantener una relación oculta. Una vez que se tenga la razón adecuada no habrá remordimiento que valga cuando el placer enciende la llama.

 Razones típicas: ‘Mi pareja me ignora’ y ‘¡No entiendo qué me pasa con ese hombre!’

*- La presa adecuada… 

 La ocasión hace al ladrón. La tentación está en todas partes, en el trabajo, la escuela, una exposición de pintura, un bar, un café, hasta entre los mismos amigos. La mujer infiel es a su vez una carnada fácil, por eso va en busca de una presa fija y de confianza, es decir, alguien que esté dispuesto a todo sin pedir nada a cambio, y por supuesto, sin delatarla.

Posibles carnadas: El vecino, el compañero de la oficina o el instructor del gimnasio.

*- El lugar oculto…

 La mayoría de las infieles, excluyendo a las más osadas, eligen un lugar diferente a sus propias casas para encontrarse con sus amantes. Entre más lejos esté de los lugares que frecuenta con su pareja oficial, mejor. Muchas veces recurren a pequeños hoteles o el apartamento de su ‘affaire’ como sitio oficial de fogosos encuentros.

*- El momento preciso…

 En horas de trabajo, durante ‘citas’ al médico, el dentista, el ginecólogo. La fórmula más frecuente que utilizan las infieles para sacarle tiempo a su ‘affaire’ es inventar tardes de charlas o compras con las amigas, ellos siempre prefieren perderse esos planes. Escaparse en medio de una reunión de amigos es la peor opción, se pierde a la pareja y a los amigos.

*- La cuartada ideal

 Una cuartada siempre es necesaria, y para ello existe la mejor amiga. Aunque las más profesionales saben que es mejor no confesar el secreto. En caso de despertar alguna sospecha, lo mejor es hacerse la ofendida. Eso siempre funciona.

*- Sin dejar prueba del delito….

 Nada de cambiar repentinamente de ropa interior, perfume, bañarse al llegar a casa o salir repentinamente de viaje de negocios. Lo ideal es no cambiar en lo más mínimo para no levantar sospechas.

*- La aventura extrema….

 Aunque parezca mentira, las mujeres son muy propensas a la infidelidad porque siempre están en  busca de alguien que las escuche y demuestre que está interesado por ella. Cuando la pareja la hace o la deja a un lado, y aparece otro hombre que la hace sentir viva y deseada de nuevo, se convierte en una infiel en potencia dispuesta a vivir una aventura extrema.

*- Un caso perdido…

 Para nuestra mala suerte, nosotras las mujeres tenemos un punto en contra a la hora de ser infieles, el sentirnos mal. Por mucho que él se lo “merezca”, no tenemos el corazón para engañarlo. Aunque no faltan las que nacen con el ‘don’. Pero el estigma social en una mujer infiel es mucho más fuerte que en un hombre que son justificados por su apetito sexual.

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