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La columna del Licenciado Vidriera Ed 50 2014

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Por Mario Soto Centeno

¿Te acuerdas lo preguntón que eras de niño? Tu curiosidad era grande.. y no era una pregunta sola, sino un chorro de preguntas sobre las cosas más sencillas y las más complicadas. Todo lo querías saber, todo lo querías investigar,  todo se te hacía interesante, importante, maravilloso. 

  ¡Maravilloso mundo! ¡Maravilloso universo que se abría a tus ojos! ¡Quién no iba a preguntar, a indagar! Quién no iba a querer saber sobre esas estrellas que aparecían en el cielo por la noche y se ocultaban durante el día, sobre, el frío el calor, la lluvia… y la nieve que en otros lados caía, decían…  Pocas respuestas satisfacían tus preguntas, porque los que respondían también andaban preguntando o nunca habían recibido respuestas claras a sus preguntas.  Por eso seguías a pregunte y pregunte… Y cuando preguntabas de dónde había salido todo eso que veías y todo eso que no veías… ¿Quién, cuándo cómo, por qué??? , las pocas respuestas que recibías no te llenaban, por muy poco que supieras alcanzabas a ver que las respuestas no daban en el blanco, ¡Ni pa’cuando!!! Andaban muy fuera de la olla…. Por eso, tal vez, poco a poco tus preguntas fueran siendo cada vez más escasas… Como que se te acabó la cuerda, se te descargó la batería… o aprendiste a ver la realidad y a aceptarla…sin entenderla,  o a aceptar las interpretaciones que te daban “como verdaderas”  

  ¿De veras entendiste la realidad? Sabes bien que no, y también sabes bien que el día que dejaste de hacer preguntas ese día dejaste de crecer, ese día aceptaste la realidad sin entenderla…y ese día renunciaste un poco a ser racional…   te dio flojera… 

   Caray, tan bien que empieza uno de niño, con esas ganas de saberlo todo, pero además de que es difícil encontrar respuestas que satisfagan,  a cada rato le dicen al niño que no sea preguntón; le dan respuestas falsas, por salir del paso, y es que no tienen otras respuestas… y a ti te da flojera seguir preguntando y llega el día en que la realidad se te echa encima y te rindes y aceptas la “realidad” sin entenderla…. Y la realidad re obliga a aceptar y vivir en esa “realidad”, aún cuando algo dentro de ti te dice que puedes hacer un universo, un mundo nuevo por lo menos, y sin embargo, te conformas, y dejas de pensar y preguntar, pierdes la capacidad de ser, dejas de imaginar, dejas de soñar…. y dejas el mundo en las manos de los que, aunque dicen saber, no saben qué hacer con el Mundo… ¡No te quejes! 

  Todos, o por lo menos, la gran mayoría, caemos en las redes de la “realidad”, lo cual muchas veces coincide con la caída en las redes de La Chona, o el Chón, según el caso, (pero en todo caso en las redes de los chones)… y atrapados por “la realidad”,  un día aceptamos que para ser feliz en este mundo solo hay dos maneras: una, aceptarlo como es y aprovecharlo lo mejor que se pueda para vivir feliz, sin buscar problemas…., ni soluciones… No es el modo más racional, pero se puede ser animalísticamente feliz, como somos felices la mensa mayoría. El otro modo de ser feliz en este mundo es nunca dejar de preguntar, nunca dejar de tratar de entender, nunca dejar de aspirar a más y mejor, y entregarse de lleno a “hacer un mundo” como queremos que sea. En otras palabras puedes aceptar ser como el mundo te hace o ser como tú quieres ser en un mundo como tú quieres que sea… ¡Eso sí te hará verdaderamente feliz! 

   Eso lo lograrás si nunca dejas de preguntar, cerrando los ojos y la mente a la verdad, o abriendo los ojos, si es que creciste con los ojos cerrados.  Desafortunadamente la visión que tengas  del mundo, del universo y sus cosas dependerá mucho del medio que te haya tocado,  de lo que oigas y veas y a quién quieras creer.

   Abrir los ojos duele, cuando los has tenido cerrado por lagañas por mucho tiempo, y más duele que te los abran, y muchos ven al que les abre los ojos no como un benefactor, en casos casi lo ven como un violador….un intruso, no me veas así si en algo he querido ayudar a que abras los ojuelos.  

   Sólo cuida que cuando te abran o abras lo ojos no estés volteado hacia la pared, porque hay gente que les abre los ojos a sus hijos sí, pero los dejan viendo la pared que ellos mismos han visto toda la vida sin darse cuenta que atrás de ellos hay un universo…  Nunca es tarde para seguir preguntando, para seguir indagando, para seguir siendo… racionales ¡Abre los ojos y deja de ver la pared! Hay un Universo maravilloso… Vuelve a ser ese niño preguntón que fuiste, allí está dentro de ti con todas sus preguntas, esperando ansioso respuestas, ¡Piensa, imagina, sueña! Sólo los preguntones podremos hacer un mundo mejor.   No te dejes atrapar por la realidad, Hay que atraparla por los cuernos y cambiarla por otra mejor. 

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