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La columna del Licenciado Vidriera Ed 46 2014

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Por Mario Soto Centeno

 Ahora que caímos en la tentación o vimos la conveniencia de la comunicación escrita, mandando textos en el celular o poniendo comentario y mensajes en la red, nos vimos en la necesidad de recurrir a algo que hace muchos años aprendimos en la primaria, allá cuando aprendimos el silabario y aprendimos a escribir… Muchos teníamos años sin escribir ni tres renglones seguidos y de pronto algunos nos convertimos en “escritores”. Lo malo es que dicen gentes que nos leen que, o no aprendimos o no nos enseñaron bien. ¡Mmmmbah! Dicen que no sabemos escribir con propiedad y casi todos nos culpan a nosotros por no saber, casi nadie culpa a los maestros por no saber enseñar. Y es que casi siempre los que critican a los que no sabemos escribir o son maestros o fueron de los afortunados que sí fueron a buenas escuelas y tuvieron buenos maestros que los enseñaran. 

  Yo creo que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa y no hay que confundir la gimnasia con la magnesia y una cosa es Juan Domínguez y otra cosa no me eche inglés. Una cosa es que un funcionario público o un maestro o en textos escuela cometan errores, pero no hay que hacer tanto escándalo ni criticar a la pobre abuela que se atreve a poner un comentario en la foto de graduación de su nieto, por ejemplo, la gran diferencia al ver ese mensaje es que mientras unos sólo ven que el mensaje va repleto de  faltas de ortografía, otros sólo ven que va repleto de amor, ternura y satisfacción Seda el caso que muchos, por ver las faltas de ortografía, se pierden el verdadero valor del contenido…. ¡Entiende, zonzo!, yo no estoy alabando el escribir con faltas, pero sí alabo a los que tienen el valor de expresarse aún con faltas…. y si el que por otro pide por sí aboga, pues sí, yo también soy malo pa’ la ortografía, porque has de saber que la ortografía es como la vida: nadie es perfecto, todos tenemos defectos, por eso aquello de que “el que esté libre de pecado que lance la primera piedra”. Unos más otros menos, pero todos cometemos faltas en la vida, todos somos imperfectos y es lo mismito en la ortografía. No ay nadie que sea perfecto, hasta los académicos discuten entre ellos, de manera que el que esté limpio de faltas de ortografía que lance el primer borradorazo.  Algunos en la misma red se atreven a criticar… que porque le faltó una hache muda, bueno pues si la hache era muda ahora también es invisible ¿y qué?…  Nomás que no es bueno andar diciendo, pero yo he encontrado errores en esa misma gente que critica porque escribimos con faltas de ortografía en feibuc, pero como también yo meto las cuatro muy seguido, me aguanto, no vaya a ser… 

  La ortografía tiene la función de mantener la pureza del idioma para que podamos entendernos sin dar lugar a confusiones. Una vez que te metes a la ortografía te das cuenta que sí hay lógica… aunque la lógica tiene cosas que parecen tan ilógicas… hasta que les encuentras la lógica…. ¿me explico? ¿me entiendes? Por mientras aprendemos, hay que tener en cuenta que, aunque sea con faltas, no hay que dejar de comunicarnos, que el diálogo, aunque sea mal hablado y mal escrito es mejor que el silencio, y no porque un corason vaya sin acento y con s va a tener que ser menos que uno con z y acento, a lo mejor en su humildad, ese corason con faltas, puede ser más sincero y amoroso que un corazón bien escrito.  Ve tú a saber…, pero en el camino no juzgues.

  Por encima de todo, sí tenemos que reconocer que nos dimos cuenta que no sabíamos escribir ni expresarnos con propiedad. No sería nada malo hacer algo al respecto, como tratar de aprender, tratar de entender que hay un modo correcto de escribir y otro “más o menos”. Que no sólo a los que se dedican a la escritura como profesión les obliga saber las reglas de la gramática, que sería conveniente…  

  Aunque ciertamente hay cosas más importantes, porque así como el feisbuc nos descubrió que no sabemos escribir bien, los resultados de las elecciones nos han descubierto una y otra vez que no tenemos criterio para elegir a nuestros gobernantes, y eso sí nos afecta más fuertemente; eso sí es “pésimamente malo” y también allí deberíamos de hacer algo al respecto, porque no deberíamos dejar que nos manden los que no saben mandar, que nos administren los bienes de todos los que nos saben administrar, que nos juzguen los que no saben juzgar y, sobre todo, que nos castiguen los que deben de ser castigados….  

  Aunque ciertamente hay cosas todavía más importantes, porque así como el feisbuc nos descubrió que no sabíamos escribir y los resultados de las elecciones nos descubren que no sabemos elegir gobernantes, puede ser que la muerte nos venga a descubrir que no supimos vivir, que nuestra vida no sólo estuvo llena de faltas de ortografía, llena de faltas de juicio, de lógica, sino que estuvo vacía de amor, de verdadera felicidad, y todo porque no aprendimos a pensar bien y a leer y entender la sabiduría que se encerraba en las enseñanzas de los sabios en los libros… ¡Oye,  puede ser que sí sea importante aprender a escribir bien! …entender bien y expresarnos bien, porque eso será señal de que pensamos bien….  Habría que intentarlo, pero hay que empezar por darle importancia a lo verdaderamente importante, que es: saber leer y entender las enseñanzas en el gran libro de la naturaleza, que es allí donde aprenden los verdaderos sabios…   feibú y lo demás sale sobrando…      

            Salud y saludos…     licvidriera@aol.com

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