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La Alergias y los medicamentos de venta libre

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Por: Elmer Huerta AARP

  Comenzó el mes de abril y con él, la esperada primavera. Los días son más largos, la temperatura es agradable, la vista se llena de vivos colores de la estación, pero para aproximadamente 30 millones de adultos en Estados Unidos, empieza también el sufrimiento de las alergias.

  Una creencia muy común es que las alergias significan que el sistema inmunológico del que la sufre “es débil” y que necesita ser “fortalecido”. ¡Qué gran equivocación! Lo cierto es que las alergias indican que el sistema de defensa del cuerpo está realmente fuerte e intacto y que, al contrario, está actuando con mayor intensidad que lo normal.

  Las alergias ocurren cuando el sistema inmunológico reacciona. En el caso de la primavera, el polen de las flores desencadena una respuesta muy intensa del sistema inmunológico, haciendo que unas células sanguíneas grandes y regordetas (células cebadas), llenas de una sustancia química llamada histamina se revienten y liberen dicha sustancia en la sangre. Esa histamina es la causante de todos los síntomas de las alergias: debilidad, cansancio, sensación de fiebre, ojos llorosos, catarro nasal, picazón de ojos, nariz y garganta, tos y hasta crisis de asma.

  Sabiendo que la sustancia causante de los síntomas de la alergia es la histamina, es importante saber que existen medicamentos que son capaces de bloquear el efecto de esa sustancia, por lo que se llaman antihistamínicos.

  Los cinco antihistamínicos de venta libre más usados son la diphenhidramina (Benadryl), cetirezina (Zyrtec), loratadina (Claritin y Alavert), fexofenadina (Allegra) y la desloratadina (Clarinex).

  Benadryl: El más antiguo. Esta medicina es excelente para controlar los síntomas de las alergias pero tiene el gran inconveniente de causar mucho sueño, especialmente en personas mayores. Es más, mucha gente usa el Benadryl como una alternativa a las pastillas para dormir. Además de somnolencia, puede causar estreñimiento, visión borrosa y pérdida de concentración, por lo que no debe ser usada por gente que maneja vehículos u opera maquinarias; tampoco debe ser usada si se consumen bebidas alcohólicas, durante el embarazo, ni por madres lactantes.

   El Benadryl puede hacer que el Tamoxifen, usado para prevenir la recurrencia de un cáncer del seno, tenga una menor actividad, por lo que no debe ser usado por mujeres que usan esa medicina. Al revés, aquellas personas que toman el Metoprolol (Lopressor) para bajar la presión arterial, pueden ver aumentado el efecto de esta medicina si es que toman Benadryl.

  Zyrtec, Allegra, Claritin, Alavert y Clarinex:  Estos antihistamínicos tienen efectos muy similares y su uso depende de las preferencias personales basadas en experiencias previas. Todos ellos se eliminan del cuerpo a través de los riñones y el hígado, por lo que quienes tengan alguna enfermedad en esos órganos deben consultar con sus médicos antes de consumirlos. Del mismo modo, los efectos secundarios del lisinopril (Prinivil, Zestril) aumentan por el uso de esos antihistamínicos. En general, el consumo de bebidas alcohólicas debe ser limitado en personas que toman antihistamínicos, ya que el efecto sedante del alcohol puede ser aún más intenso si se mezcla con estas medicinas.

  Por último, personas que toman rositiglazone (Avandia) para su diabetes tipo 2, pueden necesitar una dosis mayor de antihistamínicos para conseguir el mismo efecto.

  Sin embargo, antes de tomar algún medicamento por primera vez, consulte a su médico, también si ya está tomando otro medicamento o padece de alguna enfermedad.

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