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Defendiendo al Asesino

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No tengo ni la más remota idea de cuánto cueste defender a los 51 presos mexicanos condenados a muerte en Estados Unidos.

“.El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno para
mantener el suyo…”

José Marti. Político y escritor cubano

No tengo ni la más remota idea de cuánto cueste defender a
los 51 presos mexicanos condenados a muerte en Estados Unidos.
Pero me imagino que no será barato. Supongo, insisto,
sin conocer a fondo del tema, que son varios abogados especialistas
en Derecho Internacional -egresados de las mejores
Universidades-, quienes dediquen horas y horas de su valiosísimo
tiempo en estudiar cada caso en detalle. Imagino también
sus intensas jornadas y desvelos para proponer una estrategia
y luego presentar la defensa correspondiente: primero ante el
Gobierno del Presidente Bush; luego, ante cada uno de los estados
de la Unión Americana donde hay mexicanos en espera
de ser ejecutados y finalmente ante la Corte Internacional de

La Haya en Holanda.

Presumo que además, en cada caso habrá gastos por boletos
de avión a Estados Unidos y Europa, así como de hospedaje,
alimentos y viáticos. Agréguele las llamadas telefónicas, los
faxes, el pago a secretarias, asistentes y demás misceláneos
que se generen en el proceso.

Habrá quienes me digan que se trata de salvarle la vida a
seres humanos. Discúlpeme, pero en esta vida siempre hay
prioridades. O debería haberlas. Por eso molesta el enorme
gasto y sobre todo el desgaste del Gobierno mexicano para
defender a un sujeto como José “Joe” Medellín, quien asesinó
de la manera más espantosa a dos jovencitas de 16 y 14 años
respectivamente (una de ellas de origen mexicano) en 1993.
Para ellas, Joe no tuvo piedad. Jamás pensó en sus derechos
humanos ni en su derecho a la vida. Por el contrario. Se aseguró
por todos los medios de que estuvieran “bien muertas”
después de violarlas hasta el cansancio con la participación de
sus cómplices de la pandilla “Black and White”. Con decirle
que les brincó en las costillas después de estrangularlas.

Le recuerdo que Medellín confesó su plena culpabilidad y ha
dado minuciosos detalles de lo que hizo. Por todo esto y más,
el estado texano ha dicho que no hará caso a los reclamos de
México y que lo va a ejecutar el próximo 5 de agosto. De aquí
a entonces, seguramente seguirán las gestiones y peticiones de
clemencia. Seguirá también creciendo la cuenta millonaria de
su defensa a cuenta de los mexicanos que sí pagan impuestos
en su país. Irónicamente, al mismo tiempo en Estados Unidos,
millones de paisanos seguirán padeciendo los malos tratos, retrasos
y absurda burocracia de los consulados de México. Pero
usted sabe, el presupuesto no alcanza y los gobiernos tienen
“prioridades que atender”…. Digan lo que digan.

José Martín Sámano es conductor del Noticiero Nacional
Azteca América.

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