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Alerte a sus hijos contra las drogas, aunque ya estén en la Preparatoria

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Las drogas son un problemas muy serio al que todos nos enfrentamos al menos una vez en la vida, la comunicación con sus hijos es fundamental para que sepan decir NO en una de las etapas más difíciles en su vida

En nuestra edición anterior mencionamos cómo los padres, pueden y deben, desde los primeros años de vida de sus hijos alertarlos contra las drogas. Pero no sólo en esa etapa y en la escuela primaria es donde se debe hablar con ellos, sino que deben continuar con esa labor.

LA ESCUELA PREPARATORIA
  La High School (o preparatoria) es probablemente la etapa más vulnerable en la vida de los muchachos, pues la presión de los compañeros influye mucho en ellos. Se dejan crecer el cabello o se rapan; usan ropa extravagante,  oyen música estridente y cosas por el estilo.

   A esta edad, con las hormonas alborotadas, sienten una tremenda curiosidad por todo y están dispuestos a probar casi cualquier cosa con tal de parecer gente de mundo. Entonces, más que nunca, los padres deben mantener abiertos todos los canales de comunicación. “Con frecuencia los padres bajan la guardia creyendo que los chicos ya son responsables; pero resulta muy peligroso dejarlos en libertad antes de tiempo”; dice Caitlin Sims, maestra de ciencias y directora de un programa contra la drogadicción que se imparte después de clases.

 Sims recomienda considerar el primer año de high school, como un nuevo jardín de niños. “En rigor, están comenzando de nuevo, y se ven mezclados de pronto con estudiantes mayores y tal vez maleados o más sagaces”, explica. “Revíseles la mochila y pídales que le muestren su tarea. Deje que se ganen el derecho a ser considerados responsables”. 

Hechos, no amenazas
  Sims y otros educadores creen que para que los muchachos resistan la presión de sus compañeros y las tentaciones que los rodean necesitan armarse de información, no de miedo.  Un adolescente refirió que había llegado a casa después de fumar mariguana en una fiesta. “Mis padres me dijeron: “vas a volverte adicto y a morirte. ¡Qué ignorantes!

  Sin querer, sus padres habían cerrado la puerta a la posibilidad de discutir el asunto. “La mayoría de los muchachos de hoy saben más de drogas que sus padres”, dice Alan Leshner, director del Instituto Nacional contra la Drogadicción. “De ahí que los padres deben documentarse y hablar con precisión sobre los efectos de las drogas”. Sus consejos deben ser referidos al momento presente. Hablar de los riesgos a largo plazo no surte mucho efecto, pues a esa edad les preocupa más agradar a sus compañeros. Adviértales que, si fuman, tendrán mal aliento y que los dedos pueden ponérseles amarillos, o que si beben pueden sentirse mal y vomitar enfrente de sus amigos.

Tenga usted presente que muchos jóvenes se drogan por la sencilla razón de que sus amigos lo hacen. Para reforzar la capacidad de resistencia de su hijo, comience por conocer tanto a sus amigos como a los padres de ellos, y manténgase informado de los sitios que frecuenta. No siempre es fácil lograr que los muchachos se relacionen con gente sana, y en ocasiones declarar “indeseable” a un amigo suyo quizá sólo lo haga más interesante.

Manténgalos ocupados
  Las investigaciones revelan que, si los adolescentes están ociosos y no se les vigila, corren un riesgo mayor de probar el alcohol y las drogas. Así pues, mantenga ocupados a sus hijos y fomente en ellos alguna actividad. El día en que Caitlin Sims comenzó a dar clases, la directora le dio un consejo:<si no les das trabajo ellos te lo darán a ti.>

 “El consejo me resultó muy útil -recuerda Sims-, pero también es útil para los padres de cualquier chico de esta edad”. Las actividades no escolares y las tareas domésticas mantienen ocupados a los jóvenes y refuerzan su sentido de la responsabilidad.

Señales a las que hay que estar muy atento
 Ningún factor por sí solo predispone al uso de las drogas, pero hay ciertos indicios, como los siguientes, de que un adolescente quizá esté usándolas:

•Disminución del rendimiento académico.
•Desinterés por el aspecto personal.
•Retraimiento, aislamiento, depresión y fatiga.
•Agresividad y rebeldía. 
• Deterioro de las relaciones familiares.
• Pérdida de interés en los pasatiempos y deportes.
• Trastornos de la alimentación y del sueño.
• Indicios de drogas y objetos relacionados con su uso: pipas, papel para liar cigarrillos, frascos de medicinas, gotas oftálmicas y encendedores.
• Alteraciones físicas: ojos enrojecidos, congestión nasal que no se deba a un resfriado, tos, dificultad para respirar, bolsas bajo los ojos, dolores de garganta frecuentes y moretones por caídas (estos y otros posibles síntomas de consumo de drogas o de abuso del alcohol pueden tener otras causas. En caso de duda, consulte a su médico).

  No llame a cuentas a su hijo cuando parezca estar drogado; más bien aguarde a que pasen los efectos y entonces expóngale sus sospechas. Aplíquele un castigo razonable por haber violado las reglas, pero sobretodo sea firme y no dé marcha atrás sólo porque el muchacho le prometa no volver a hacerlo…

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